Como seres sociales que somos, es normal que la opinión de los demás, sobre todo de las personas más cercanas, sea importante para nosotros.
No obstante, cuando en nuestra infancia no se han tenido en cuenta nuestras necesidades y no hemos tenido espacio para ir construyendo un criterio, se hace difícil en la edad adulta conectar con la sensación de validación interna y buscamos reafirmarnos mediante la validación externa.
Esto hace que lo que los demás piensan de nosotros se vuelva una cuestión demasiado importante, nos impide actuar de una forma natural y empezamos a sentir un malestar que se refleja en inseguridad, dudas, baja confianza en las competencias personales, etc.
Cuando trabajamos el concepto de la validación interna es importante revisar cuáles son las experiencias y aprendizajes que hemos tenido que sustentan las creencias negativas que hemos integrado como verdades, como por ejemplo: “soy insuficiente”, “soy incapaz” o “no intereso a nadie”
Mi propuesta es introducir la respiración como aliada para fomentar cambios en nuestra autopercepción y conectar con la sensación de validez interna. La respiración es una acción que realizamos de forma constante, pero mayoritariamente de forma inconsciente. Realizar ejercicios para aumentar la conciencia corporal y la respiración consciente puede ayudar a gestionar los conflictos y las dificultades de forma más eficaz.
Sobre la potencialidad de una respiración consciente, señala la terapeuta Loretta Cornejo la importancia de conectar con la sensación de amplitud en la respiración para percibir nuestro espacio interno, puesto que desde ese dimensionamiento del espacio, mediante un proceso de oxigenación del cuerpo, podemos conectar con la sensación interna de habitar el espacio que realmente nos pertenece en el mundo exterior. Para ello, Cornejo L., nos invita a formularnos la siguiente pregunta:
¿Cuánto espacio siento que tengo dentro de mí?
La importancia de conectar con la sensación de validez interna nos permite soltar la lucha con los demás e incluso con nosotros/as mismo/as.
Haciendo referencia a la pregunta de Cornejo, L. os hago la propuesta de poner en práctica el siguiente ejercicio:
"Busca un lugar tranquilo donde puedas estar unos minutos sin que nadie te interrumpa y cierra los ojos. El ejercicio consiste en tomarte un tiempo para respirar lo más profundo que puedas, tomando aire por la nariz y dejando salir el aire de nuevo por la boca, con la intención de hacer llegar el aire a todas las partes de tu cuerpo.
Realiza durante unos minutos respiraciones conscientes y profundas para qué el aire vaya ocupando más espacio dentro de tu cuerpo.
Cuando sientas que ha aumentado la amplitud de tu respiración y que puede entrar más aire dentro de tu pecho, abre los ojos y vuelve a reflexionar:
- ¿Cuánto espacio sientes que tienes dentro de ti?
- ¿Observas algún cambio en tus sensaciones corporales, emociones, pensamientos u algún otro cambio después de realizar el ejercicio?
- ¿Sientes que puedes afrontar un conflicto o dificultad de otra manera?"
Si este ejercicio te ha servido te animo a realizarlo todas las veces que quieras. El movimiento y la respiración consciente son dos herramientas útiles y sencillas que nos permiten reforzar nuestra autopercepción, recuperando la sensación de confianza y validez.
Psicóloga General Sanitaria
Referencias bibliográficas:
Cornejo, L (2012). “El espacio común”. Ed: Desclée de Brouwer. Bilbao
Lowen, A (2005). “La voz del cuerpo. El papel del cuerpo en psicoterapia”. Ed: Sirio. Málaga
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