No basta con querer, hay que hacer sentir que se quiere

Estas Pascuas, leyendo el libro Instrumental de James Rhodes hubo dos párrafos que me inspiraron para escribir este post.

El primero fue “Mi hijo fue y es un milagro. No voy a experimentar nada en la vida que pueda equipararse a la incandescente bomba atómica de amor que estalló en mi interior cuando nació. No había entendido la palabra perfección hasta que lo tuve en brazos”.

El aborto

La interrupción de un embarazo supone un gran dolor por la pérdida, por el tiempo en que ha sido deseado/a ese hijo/a, así como por la forma en la que se ha llegado a este momento.

Las primeras reacciones pueden ser muy diversas, sin embargo todas ellas han de ir acompañadas de un duelo.

Cuando hay varios abortos, estas reacciones se maximizan y van acompañadas de pensamientos de desesperanza del tipo “no podré ser madre biológica”, “habré hecho algo mal”,