El aborto

La interrupción de un embarazo supone un gran dolor por la pérdida, por el tiempo en que ha sido deseado/a ese hijo/a, así como por la forma en la que se ha llegado a este momento.

Las primeras reacciones pueden ser muy diversas, sin embargo todas ellas han de ir acompañadas de un duelo.

Cuando hay varios abortos, estas reacciones se maximizan y van acompañadas de pensamientos de desesperanza del tipo “no podré ser madre biológica”, “habré hecho algo mal”, a veces en referencia a hechos del pasado y en otros casos atribuyendo la pérdida a actividades realizadas durante el embarazo como vacaciones, trabajar en exceso, coger un avión, etc.

Por último surge una angustia o tristeza natural a la posibilidad de volver a pasar por ello.

La mujer siente impotencia y desesperación fruto de otras emociones como el sentimiento de fracaso, frustración, rabia, ira, tristeza, culpa y ansiedad anticipatoria.

Al mismo tiempo, es fácil que la mujer se retraiga a nivel social y familiar por sentirse desconcertada, inquieta y con necesidad de llorar.

La psicóloga Amalia Bayonas nos mostró que el 92% de las mujeres desean apoyo psicológico, pero sólo un 30% llegan a tenerlo.

La propia mujer no acepta su propia reacción y tampoco siente apoyo por parte de la sociedad. En general la actitud es de minimizarlo con frases como “ya tienes otros hijos”, “es muy común”, “te volverás a quedar”, todas ellas no permiten un espacio de aceptación de la propia reacción emocional, hecho que puede provocar que la mujer inhiba la reacción, no la acepte y se sienta incomprendida.

La falta de información adecuada sobre el aborto, el hecho de no tener espacio para hablarlo y el desconocimiento del duelo, dificultan ese proceso en la mujer y en la pareja cuando la hay.

Para gestionar bien un duelo y mejorar la actitud y posibilidad de embarazo, la mujer debe permitir que su cuerpo se reequilibre hormonal y físicamente, al mismo tiempo que a nivel emocional, social y familiar. Este período debe ser de como mínimo tres meses (sólo es un indicativo de tiempo).

Posteriormente, si de nuevo queda embarazada, se recomienda continuar el seguimiento psicológico hasta la semana 12 o 18 de embarazo según se precise, así como un seguimiento ginecológico más frecuente.
 
Gemma Mestre
 

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