Fuerza de voluntad, disciplina, motivación

Es típico volver de las vacaciones y a principio de año hacerse buenos propósitos de cambiar algunos hábitos. A veces, son hábitos tan poco saludables que son el motivo de la consulta en Psicología.

Generalmente se oye decir que no tengo fuerza de voluntad o no tengo suficiente disciplina para dar una razón de que, a pesar de que uno o una querría, no se hace lo que se ha propuesto.


Esta idea de fuerza de voluntad y disciplina está muy arraigada en nuestra sociedad hasta el punto de que se ha hecho un negocio del coaching. El negocio del coaching no es -cómo al principio cuando se generó la figura del coach un campo lleno de profesionales con conocimientos profundos de motivación humana, sino que cualquiera con un cursillo realizado a saber dónde, empieza a dar consejos sobre lo que quieras cambiar con la idea de que puedes cambiar lo que quieras; todo es cuestión de proponérselo. Sólo se necesita fuerza de voluntad y disciplina.

El grado de esperpento ha llegado cuando en redes sociales hay personas que dicen que eres pobre porque quieres y -si le das un pastón antes, claro- si sigues sus consejos te harás rico y podrás comprarte una mansión y un Ferrari. Este tipo de ideas son nocivas y peligrosas y denotan una ideología individualista y simplista de lo que es y motiva a un ser humano. Realmente, hacen mucho daño y, desde mi punto de vista, así como el tabaco está claro que es nocivo para la salud y nadie aconseja fumar, este tipo de mensajes y prácticas deberían considerarse nocivas para la salud mental y una estafa.

El pensamiento positivo también forma parte de este desconocimiento del ser humano. Ser optimista es bueno para la salud, cierto, pero sólo si eres genuinamente optimista, no si te llenas de frases positivas que cambian momentáneamente el estado de ánimo (en el mejor de los casos) pero ocultan fuera de la conciencia, pero ahí siguen, todas las emociones que necesitan ser escuchadas para salir de lo que hace daño, no satisface o no gusta. Mi jefe, pareja, compañero me machaca pero todo cambiará si pienso que hoy puede ser un gran día…

Las personas tenemos distintos sistemas de motivación, pero muchas veces tener motivación para tener buenos hábitos no depende de la fuerza de voluntad, ni de la disciplina, sino de haber aprendido a tener una buena autoestima para cuidarse bien a todos los niveles y en los diferentes aspectos de nuestra vida. La autoestima tampoco depende de pensar en positivo sobre nosotros mismos, sino que se sostiene desde una idea implícita de que merecemos ser queridos y que incluye la idea de cuidarse y no autodestruirse.

La autoestima es compleja y no siempre es íntegra. La identidad tiene muchos aspectos y a veces sólo basamos la autoestima en aspectos, cualidades o apariencias físicas o materiales, en vez de hacerlo en de sentir dignidad en esencia, como humanos. La división interna puede llevarnos a exagerar la disciplina y la fuerza de voluntad, como los que sobrepasan las horas de hacer ejercicio físico o de exagerar el tema de la comida, como tener una fuerza de voluntad y disciplina mínimas porque hacer algunas cosas es una obligación y no proviene de una motivación para cuidarse.

Cuando una persona ha podido desbloquear, entender y cambiar todos aquellos aprendizajes que le han llevado a no quererse y no escucharse, la motivación para cuidarse física y mentalmente aparece. No se trata de hacer dietas o matarse en un gimnasio o hacer aquello que nos gusta, sino que el cuerpo pide comer variedad, no quedarse sentado todo el día sin moverse y escuchar qué cosas nos hacen bien o nos hacen sufrir. Aún así, no siempre es tan simple como esto. La autoestima no basta. Vivimos en una sociedad que a veces impide el cuidado. No puedes dejar de trabajar porque hoy necesites ir a caminar por el mar, no se puede ir a gimnasios si no se llega a fin de mes; en fin, que todos estos mensajes de que tú puedes sin tener en cuenta el contexto social, por mucha autoestima que tengas, tampoco son posibles.

Creo que si hay un hábito que no podemos iniciar o cambiar porque falla la motivación sería bueno hacerse la pregunta antes de cargar sobre uno o una misma como alguien que no tiene disciplina: ¿he aprendido a cuidarme? ¿la situación me lo permite?

Ana Cortiñas
Psicóloga General Sanitaria
Especialista en apego, trauma y parentalidad

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