El reconocimiento y el apoyo de las emociones positivas fortalece la supervivencia y potencia las capacidades de las personas, ayudándoles a comprender y afrontar las dificultades o adversidades a las que se tienen que afrontar.
En la TPC (terapia
de capacitación y potenciación reproductiva), las emociones positivas y las
dolorosas, forman parte esencial de proceso terapéutico.
Compartir emociones en que está presente el miedo, la vergüenza, el enfado, la tristeza entre otras, ofrece claridad y despertar a las emociones y capacidades que fueron encubiertas o bloqueadas.
Os ayudamos a
encontrar las emociones placenteras, que os llevaron a plantearos el deseo de
tener un hijo/a. Incrementar el interés por conoceros en un amplio sentido de
la palabra : la fisiología, anatomía, capacidad mental, emocional, respuesta a
la adversidad, receptividad, mecanismos de defensa y de acción y vuestra
historia, saber en qué equipo de TRA, quieres depositar la confianza, los
recorridos por los que vais a pasar, comprender lo que va sucediendo, sentirte
en confianza, conduce a incrementar el entusiasmo e interés hacia el logro de
vuestro objetivo.
Comprender,
experimentar, cuestionar y cuestionarse, observar los cambios cuando te
trabajas terapéuticamente, conocerse más y de forma integral “cuerpo- mente-
emoción-vinculo”. Sentir lo que está pasando en tu cuerpo, intimidad y
alrededor, ofrecerle un entendimiento que mejore la relación contigo, con la
pareja cuando la hay y con las personas que os rodean es de gran eficacia para
que resurjan emociones placenteras como la alegría, el entusiasmo y el amor que
son de gran importancia, para poder crear apertura, expansión, vitalidad y
liberación de tensión.
Cuando estamos en este estado, podemos planearnos las dificultades con mayor tranquilidad y perspectiva. Nuestro cuerpo y mente están más proactivos a tomar las decisiones más acordes y respetuosas con nosotros mismos y con el proyecto de mater-paternidad. Nos ayuda a comunicar en el espacio íntimo y con los profesionales que nos acompañan cuando es necesario una TRA. y sobre todo, abre la posibilidad a la receptividad y a realizar el camino de la reproducción cuando hay dificultades, de una forma más tranquila y abierta a ofrecer a nuestro cuerpo un espacio emocional y corporal que maximice las posibilidades de embarazo y de crecimiento personal, sin alterar la relación de pareja cuando la hay.
Gemma MestrePsicóloga Clínica
Sexóloga - Fertilidad - Psicoterapeuta
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