Tiempo de incertidumbre

Como siempre os agradecemos todas vuestras aportaciones al blog. 

En esta ocasión, Elena ha querido compartir con todos nosotros, su visión personal sobre la situación que estamos viviendo y la incertidumbre que genera. 

¡Gracias Elena!

Y a todos vosotros, un cariñoso abrazo.
El equipo del Gabinet de Psicologia.



Los días se han parado en seco. Nuestra vida, nuestro día a día también. De pronto, un virus paraliza el mundo. Es la era del COVID-19 que impregna todo de incertidumbre, de preguntas que no somos capaces de contestar, porque muchas no dependen de nosotros. 

Qué hacer cuando ya no sabemos bien si nuestros sueños podrán realizarse, si tendremos dinero o tiempo, si es lógico que queramos traer un niño a este mundo inestable. 

Si pensamos un poco, creo que la vida, desde el principio, está hecha de pequeñas cosas inciertas: la duda infantil de aprobar el examen de sociales, los nervios adolescentes de no saber en qué portal vive el chico de nuestros sueños o incluso la pregunta más prosaica de si será mejor escoger merluza o salmón para la cena. 

La vida, en realidad, está hecha de muchas incertidumbres, de todo tipo y tamaño y nosotros construimos el camino de nuestra existencia sobre ellas. 

Tenía una amiga a la que le explicaba que el deseo de tener hijos y tomar un antibiótico era similar: los dos tenían un buen fin, pero si leías las contraindicaciones nunca te decidirías a hacerlo. Ella se reía, pero yo sigo creyendo que es cierto. 

¿Qué hacer entonces? Cuando todo está turbio hay que esperar que se serene, que el barro del lago baje al suelo y pueda verse el agua clara. Esperar también es hacer, porque a veces, la propia espera trae las respuestas, que no son tan difíciles como tememos. Como decía el sabio del cuento “esto también pasará”. 

Elena Batanero

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