Equilibrio para tu fertilidad

En los últimos meses se han publicado diversos estudios relacionados con la información y conocimientos que tenemos acerca de nuestra fertilidad. Los resultados son sorprendentes, parece ser que tenemos una idea bastante distorsionada sobre aspectos básicos como por ejemplo el tiempo que suele tardar una mujer en quedarse embarazada, factores que pueden influir en las posibilidades de gestación, la edad a partir de la cual la fertilidad empieza a disminuir significativamente, formas de preparase para conseguir un embarazo, el momento del ciclo menstrual en que las mujeres somos más fértiles, etc.
 
La fertilidad se concibe como algo natural, que sucede de manera rápida, espontánea y fácil, disponible durante un período de tiempo muy extenso, y que no es necesario programar o preparar con antelación.

Lo que se extrae de estas investigaciones es que nuestra educación al respecto es muy escasa. Y desde esta desinformación, la mujer o pareja que decide que ha llegado el momento de tener un bebé muchas veces se encuentra con sorpresas, viendo como su deseo tarda en llegar más de lo esperado.

El conseguir un embarazo requiere un equilibrio global, que es importante ir preparando. Básicamente, se trata de un estado hormonal saludable, que facilite todas las fases necesarias para que se produzca la gestación. Este equilibrio hormonal es muy sensible a infinidad de influencias: alimentación, peso, hábitos de vida, ejercicio físico, peso, estados emocionales, etc. que pueden modificar las respuestas corporales ligadas al sistema endocrino.

Quizás lo más sorprendente y lo que más de lado se suele dejar es precisamente la parte emocional de este circuito. Ante una dificultad para conseguir un embarazo, la inmensa mayoría de personas acude a servicios médicos de fertilidad, donde se interviene a nivel corporal, sin prestar atención a factores emocionales que pueden estar formando parte de desequillibrios más globales. A nivel cerebral, el hipotálamo conecta el sistema nervioso con el endocrino, a través de la hipófisis, encargada de regular las glándulas del cuerpo y su producción hormonal; y por eso un estado emocional negativo, como puede ser un estado de estrés o ansiedad, situaciones de duelo, depresión, puede generar alteraciones hormonales, y por tanto dificultar que se produzca una gestación. Los niveles de hormonas como el cortisol, hormonas tiroideas, prolactina y otras se ven significativamente alterados cuando nos encontramos en momentos de malestar o desequilibrio emocional.

Si tu proyecto es quedarte embarazada es esencial que tu cuerpo, tu mente y tu emoción se encuentren sanos y en sintonía. Para ello puedes empezar siguiendo estas indicaciones básicas, pero fundamentales:

- Cuida tu alimentación y tus rutinas alimenticias

- Regula tu peso

- Practica ejercicio físico suave regularmente

- Elimina hábitos de vida tóxicos

- Asegúrate de tener un sueño reparador

- Aprende a escuchar y atender a tu cuerpo

- Regula tu nivel de estrés y cuídate a nivel emocional

- Practica alguna técnica de relajación

- Acude a una visita ginecológica preconcepcional, donde el/la ginecólogo/a valorará tu estado fisiológico y puede recomendarte algún tipo de cuidado particular.


Mara Segarra

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