El biosistema humano es increíblemente inteligente, funcionando primordialmente orientado hacia la homeostasis y la supervivencia. Incluso las reacciones más incómodas y aparentemente inusuales o disfuncionales suelen ser respuestas o consecuencias de mecanismos en esta dirección.
Aquello que Freud denominaba como resistencias podría corresponder así a los recursos y acciones activados por el conjunto mente-cuerpo para preservarse.