La reproducción es una de las características de la vida. Es un proceso natural que se produce cuando los individuos de una especie están maduros para hacerlo. Y así ha sido para los humanos.
Durante milenios, la especie humana ha tenido “los hijos que Dios (o las Diosas de la fertilidad) han querido”, y solo las personas que por diversas razones decidían ser célibes, podían – con el control de su comportamiento- no tener descendencia.