Todos tenemos una identidad, un "yo" que nos define y al que defendemos. Nuestra sensación -al no tener memoria pre-verbal- es que siempre hemos nacido con una identidad determinada. Además, hemos oído hablar todos sobre los genes, y muchos creemos que gran parte de nuestra personalidad proviene de los genes heredados por nuestros ancestros.
Pero la construcción de nuestra identidad no es tan simple como la herencia de unos genes.