El útero es el director de orquesta: TPC

La técnica de la TPC, Terapia de Potenciación y Capacitación, tiene como objetivo maximizar la respuesta y funcionamiento del órgano reproductivo cuando se presentan dificultades en la reproducción. El útero es el gran director de orquesta de la fertilidad, es el órgano que coordina el funcionamiento de los ovarios y ayuda a la función reproductiva.


¿Cómo descubrimos la importancia del útero o matriz?


Socialmente, el útero es un órgano del que se habla poco y del que los niños/as tienen conocimiento cuando están en contacto con mujeres embarazadas y/o cuando van a tener un hermanito/a. Sin embargo se usa la expresión “Tiene un bebé en la barriguita”, no se habla de útero.

Durante la adolescencia, el género femenino inicia un periodo de transformación, física y psíquica que va acompañado de las primeras reglas y en general continúa hasta la adultez madura. En este momento inicial, es cuando la chica empieza a tomar consciencia del funcionamiento de su aparato reproductor y más específicamente de su útero debido a la menstruación. La experiencia y vivencia que la joven tenga en los ciclos menstruales determinará en parte la vinculación con este órgano.


Factores que inciden en la vinculación con el útero
En un primer momento cabe señalar la importancia sobre la edad en la que se tiene la primera menstruación, la regularidad, las posibles molestias que les haya provocado: grado de dolor menstrual, dolores de cabeza ( migrañas), sangrados más o menos abundantes, cambios de humor, cambios psíquicos, pérdidas y vivencias emocionales, que van a determinar y a expresar nuestra relación con este órgano muscular, que se contrae y relaja según el momento o estado en el que se encuentra.

A una edad más avanzada, el género femenino se vincula al órgano reproductivo mediante la sexualidad. La vida sexual de una persona le descubre la capacidad de sentir placer o dolor en el sexo. Los miedos al posible embarazo cuando no se desea, su historial emocional y sexual en las relaciones de pareja cuando las hay y las disfunciones sexuales inciden en la receptividad uterina.

En muchos casos, las mujeres relacionan de forma consciente, el sexo con la zona genial de clítoris y vagina, pero a pesar de utilizar métodos anticonceptivos para no quedar embarazadas, tienen poco en cuenta la existencia del útero, dejándolo en el olvido, del mismo modo que se hace con la maternidad. En la actualidad, el género femenino a la carrera de una posición, estabilidad laboral o desarrollo de otros proyectos vivenciales, puede llegar a tener poca vinculación con este órgano.

La anatomía y funcionamiento de nuestro cuerpo a nivel reproductivo es también otro factor. Las dificultades hormonales, inmunológicas, de sistema nervioso, y o estructurales (miomas, endometritis, etc.), forma y espacio uterino etc., también interfieren en la reproducción, así como el equilibrio que establece con los ovarios y su funcionamiento.

Tengamos en cuenta los datos ofrecidos por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en la que se nos demuestra científicamente cómo el cerebro de la mujer cambia durante el embarazo y se mantiene dicho cambio hasta dos años después de la maternidad. Este descubrimiento nos puede inducir a reflexionar sobre la interacción que existe entre la psique, el cuerpo y la emoción. La TPC, ha ido investigando experimentalmente sobre ello y es por este motivo que uno de nuestros objetivos en esta técnica es conocer cómo cada mujer está vinculada a su útero y a su maternidad, cuáles son los factores o síntomas orgánicos, estructurales y funcionales, quien y cómo es esa mujer y sus circunstancias: relación de pareja y relación parental principalmente.

Ser una persona más racional o más emocional y nuestra personalidad nos vincula de una forma distinta a nuestro cuerpo (útero) y en el vivir o afrontar las dificultades. Cuando los hijos no llegan o cuando se inician tratamientos reproductivos, la estabilidad emocional en el estrés que suponen estos tratamientos, será todo un reto.

El útero, del mismo modo que otros órganos de nuestro cuerpo, se altera según nuestro estado psíquico y/o emocional, la técnica de la TPC enseña a conocerlo y controlarlo de modo que el cuerpo reaccione en pro del deseo de ser padres.

¿Cómo actúa la Terapia de la TPC en el útero?

La paciente y su pareja forman parte de la activación de su órgano reproductivo. Una vez realizado el diagnóstico psíquico (tipo de personalidad y estructura de funcionamiento psicológico- emocional), diagnóstico médico aportado por su ginecólogo y circunstancias o historia vivencial de la mujer/pareja, se inicia un protocolo personalizado de potenciación que consiste en ejercicios corporales de activación y relajación de útero, relajación general, conocimiento y activación psíquica para el incremento de producción de dopamina, creación de un proyecto reproductivo adecuando su estado clínico/médico a las expectativas de la mujer o pareja, auto conocimiento sensoperceptivo de su útero para activar el ciclo de la reproducción y potenciar la adherencia a la maternidad y autoconocimiento integral de su funcionamiento como mujer y persona.
En algunos casos trabajamos con otras técnicas: acupuntura, fisioterapia, nutricionista, osteópata.

Cada persona o mujer, independientemente de que el origen de la infertilidad sea o no de ella, va a formar parte de un importante proceso de tratamiento reproductivo. El psicólogo en la TPC estudia la forma más sencilla y eficaz para potenciar útero y ovarios, teniendo en cuenta todos los factores médicos y la posible intervención de otros profesionales para ayudar a que nazca ese hijo tan deseado.

Gemma Mestre

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