Los cuidados afectivos que los niños y niñas reciben, sobre todo en la primera infancia, son importantísimos para su desarrollo cerebral.
Nosotros como madre, padre o figura cuidadora, debemos estar ahí y demostrar que estamos, haciendo sentir a nuestro bebé que es importante y que tiene valor tal y como es.
Nuestros lazos afectivos han de ser incondicionales, estables y continuos.