Sin ética no hay salud mental

Normalmente, la ética y el comportamiento moral, se incluye en el mundo de los valores y la Filosofía. 
En la educación de nuestros hijos, se procura elegir los valores que les queremos transmitir, y también escogemos las escuelas que tengan en cuenta dichos valores. 
El buen o mal comportamiento, es tratado en la familia tradicionalmente con disciplina, en donde se premia el buen comportamiento y se castiga la desobediencia o el mal comportamiento.

En la actualidad, y después de décadas y siglos de disciplina autoritaria basada en el regaño y el castigo, se está empezando a hablar de la disciplina positiva. Es una disciplina que intenta enseñar a hacer las cosas bien y no castigar.

Pero ¿el comportamiento moral y ético depende de la disciplina?
No exactamente.

Lawrence Kohlberg, fue un psicólogo del desarrollo que estudió el comportamiento moral. Basándose en la ética del filósofo Kant, observó que los niños se portan según las normas en función de las consecuencias que pueden obtener. Más adelante, y con las capacidades cognitivas maduradas, a partir de la adolescencia, las personas tenemos la capacidad (aunque no todas alcanzan este estadio) de tomar perspectivas sobre las normas y valores y decidir cuáles son los valores por los que queremos guiar nuestra conducta. Se puede alcanzar el estado de moral autónoma, donde la ética es un principio regulador que rige nuestra conducta.

¿Por qué algunos alcanzan este estadio y otros no?

Los estudios del apego nos han ido dando respuesta a esta pregunta.

Un estudio longitudinal iniciado en el año 1975 (y que sigue en progreso), demostró que, a partir de los tres años de vida, las criaturas ya presentan diferencias en cuanto al comportamiento moral y la conducta prosocial.

Los niños que han tenido seguridad, consuelo, respeto, sensibilidad, empatía por parte de sus padres, son los que han crecido desarrollando la conducta prosocial y la empatía con los otros niños. También son las criaturas que, al crecer, son capaces de cooperar cuando hay conflictos. No hacen acoso escolar y se saben defender de los abusones.

Todo esto implica que, los adultos que no tienen comportamientos morales ni éticos, y pueden llegar a ser violentos y con comportamientos de exclusión y rechazo al diferente, son personas que no han tenido un desarrollo psicológico óptimo.

Por tanto, la ética no es solo una cuestión de valores. Se requiere una salud psicológica con todas las capacidades mentales y emocionales desarrolladas en un entorno de empatía y seguridad emocional.

Ana Cortiñas
Psicóloga General Sanitaria
Psicoterapeuta

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