Quizás os hayáis preguntado en alguna ocasión de qué modo el funcionamiento de nuestro cuerpo puede determinar el estado emocional de una persona.
Voy a hablaros de tres sustancias esenciales que produce nuestro cuerpo para que podamos sentir un estado de bienestar emocional y sin las que estamos desvitalizados y difícilmente fértiles.
Quizás puedas pensar que la psicología en general trabaja sólo con la mente, el estado psíquico, la emoción y la conducta,
pero cuando te adentras en el conocimiento de las consecuencias de un trauma en el cuerpo, de la función de la sexualidad y de la reproducción, descubres en profundidad el funcionamiento del ser humano, y de qué modo nuestro cuerpo determina el funcionamiento de la mente, emoción y viceversa.
La ciencia de la neurología y la psiquiatría nos esclarecen algunos de estos aspectos, sobre todo en este caso, el papel de la serotonina.
Es curioso saber que las hormonas que van ligadas al sentido emocional de bienestar van vinculadas al placer sexual, alguna reacciones uterinas del parto y, lo más importante, al enamoramiento.
Que el amor y el enamoramiento alteren reacciones bioquímicas que nos hagan sentir bien, es más que bello. Nos invita a reflexionar sobre la condición humana y sobre la necesidad que tiene de contacto físico y de amor para tener la posibilidad de sentirse en equilibrio.
La sustancia quizás más conocida es la serotonina, tiene una función sedante y antidepresiva, su papel es clave en el sistema nervioso central y en el funcionamiento general del cuerpo y del cerebro. Un nivel alterado de serotonina afecta a la memoria, a la formación de coágulos en sangre, a la digestión, al apetito, y al deseo sexual.
Otra sustancia quizás menos conocida es la endorfina, un neuropéptido cuya función es disminuir el dolor , conocida como el opiáceo humano. Es muy beneficioso para nuestra sexualidad y genera placer corporal y emocional durante la fase de excitación y orgasmo. Curiosamente también está vinculado al estado emocional de enamoramiento.
Por último nuestra tercera protagonista: la oxitocina, es una hormona y neuropéptido , conocida como la molécula afrodisiaca, es clave en el orgasmo, en la eyaculación y también en el enamoramiento y, unida a la endorfina, incrementa el placer corporal y emocional que una relación sexual precisa.
Cuando esta hormona está en grandes cantidades se producen contracciones uterinas, se segrega en el cérvix uterino y vagina durante el parto y distiende el cuello uterino, controla la hemorragia en el post parto y estimula la subida de la leche.
Estas tres sustancias, siendo diferentes entre ellas, precisan de los mismo factores para ser producidas en el cuerpo, y todos ellos vinculados a la esencia de VIDA : la luz, el movimiento, la respiración, el descanso (sueño), la alimentación, la sexualidad, el vinculo emocional “enamoramiento” y la creatividad (pintar, moldear, música, canto …), que son conductas que el ser humano realiza de forma innata desde la niñez y formarían parte de la supervivencia y de una acción reparadora psíquica y emocional en el ser humano. Deduzco en base a ello y a mi experiencia, que aquello que somos y hacemos es un reflejo de lo más profundo de nuestro ser, en consecuencia que si activamos a través del cuerpo y de la mente acciones vinculadas a estas sustancias, nuestro cuerpo se revitaliza y está más receptivo a la reproducción y en consecuencia también a los tratamientos de fertilidad.
Cada persona tiene que activarse en mayor o menor medida en base a sus características y posibilidades. Os ofrezco unas recomendaciones para ello :
· Practicar relajación varios días a la semana, durante 20 minutos a media hora.
· Practicar yoga o meditación
· La creatividad : pintar, moldear, cantar, tocar algún instrumento, jardinería, …
· El contacto con la naturaleza, mirar hacia el horizonte, hacer excursiones, …
· Andar y realizar ejercicio moderado.
· Reír
· Realizar proyectos o actividades que nos motiven y no centrarnos únicamente en el reproductivo.
· Dedicar tiempo a la pareja y a nosotros mismos.
· La sexualidad es la actividad que nos conduce hacia la reproducción, cuando hay un problema de fertilidad en muchos casos la sexualidad disminuye. Si las hormonas que os acabamos de nombrar se segregan y van vinculadas a la sexualidad, al placer y al bienestar, posiblemente lo estén de algún modo en la reproducción. Cuando os den el resultado de las analíticas hormonales, observad qué nivel tenéis de prolactina, os lo comento por que dificulta la fertilidad y también inhibe o disminuye el apetito sexual. En estos casos, se deberá regular la prolactina y activar la sexualidad mediante ejercicios corporales.
· Dormir bien y sentirse descansado al despertar será un indicador de una buena producción de estas hormonas.
Ahora ya conocéis un poco más algunas de las hormonas que segregamos y que son beneficiosas para la sexualidad y la reproducción.
En muchos casos la incertidumbre y las dificultades en la fertilidad disminuyen la motivación hacia estas actividades. Es importante dedicar un tiempo a algunas de ellas, las que elijáis, y si vuestro estado de ánimo se acelera o decae, comentadlo con un psicólogo/a especializado/a.
Voy a hablaros de tres sustancias esenciales que produce nuestro cuerpo para que podamos sentir un estado de bienestar emocional y sin las que estamos desvitalizados y difícilmente fértiles.
Quizás puedas pensar que la psicología en general trabaja sólo con la mente, el estado psíquico, la emoción y la conducta,
pero cuando te adentras en el conocimiento de las consecuencias de un trauma en el cuerpo, de la función de la sexualidad y de la reproducción, descubres en profundidad el funcionamiento del ser humano, y de qué modo nuestro cuerpo determina el funcionamiento de la mente, emoción y viceversa.
La ciencia de la neurología y la psiquiatría nos esclarecen algunos de estos aspectos, sobre todo en este caso, el papel de la serotonina.
Es curioso saber que las hormonas que van ligadas al sentido emocional de bienestar van vinculadas al placer sexual, alguna reacciones uterinas del parto y, lo más importante, al enamoramiento.
Que el amor y el enamoramiento alteren reacciones bioquímicas que nos hagan sentir bien, es más que bello. Nos invita a reflexionar sobre la condición humana y sobre la necesidad que tiene de contacto físico y de amor para tener la posibilidad de sentirse en equilibrio.
La sustancia quizás más conocida es la serotonina, tiene una función sedante y antidepresiva, su papel es clave en el sistema nervioso central y en el funcionamiento general del cuerpo y del cerebro. Un nivel alterado de serotonina afecta a la memoria, a la formación de coágulos en sangre, a la digestión, al apetito, y al deseo sexual.
Otra sustancia quizás menos conocida es la endorfina, un neuropéptido cuya función es disminuir el dolor , conocida como el opiáceo humano. Es muy beneficioso para nuestra sexualidad y genera placer corporal y emocional durante la fase de excitación y orgasmo. Curiosamente también está vinculado al estado emocional de enamoramiento.
Por último nuestra tercera protagonista: la oxitocina, es una hormona y neuropéptido , conocida como la molécula afrodisiaca, es clave en el orgasmo, en la eyaculación y también en el enamoramiento y, unida a la endorfina, incrementa el placer corporal y emocional que una relación sexual precisa.
Cuando esta hormona está en grandes cantidades se producen contracciones uterinas, se segrega en el cérvix uterino y vagina durante el parto y distiende el cuello uterino, controla la hemorragia en el post parto y estimula la subida de la leche.
Estas tres sustancias, siendo diferentes entre ellas, precisan de los mismo factores para ser producidas en el cuerpo, y todos ellos vinculados a la esencia de VIDA : la luz, el movimiento, la respiración, el descanso (sueño), la alimentación, la sexualidad, el vinculo emocional “enamoramiento” y la creatividad (pintar, moldear, música, canto …), que son conductas que el ser humano realiza de forma innata desde la niñez y formarían parte de la supervivencia y de una acción reparadora psíquica y emocional en el ser humano. Deduzco en base a ello y a mi experiencia, que aquello que somos y hacemos es un reflejo de lo más profundo de nuestro ser, en consecuencia que si activamos a través del cuerpo y de la mente acciones vinculadas a estas sustancias, nuestro cuerpo se revitaliza y está más receptivo a la reproducción y en consecuencia también a los tratamientos de fertilidad.
Cada persona tiene que activarse en mayor o menor medida en base a sus características y posibilidades. Os ofrezco unas recomendaciones para ello :
· Practicar relajación varios días a la semana, durante 20 minutos a media hora.
· Practicar yoga o meditación
· La creatividad : pintar, moldear, cantar, tocar algún instrumento, jardinería, …
· El contacto con la naturaleza, mirar hacia el horizonte, hacer excursiones, …
· Andar y realizar ejercicio moderado.
· Reír
· Realizar proyectos o actividades que nos motiven y no centrarnos únicamente en el reproductivo.
· Dedicar tiempo a la pareja y a nosotros mismos.
· La sexualidad es la actividad que nos conduce hacia la reproducción, cuando hay un problema de fertilidad en muchos casos la sexualidad disminuye. Si las hormonas que os acabamos de nombrar se segregan y van vinculadas a la sexualidad, al placer y al bienestar, posiblemente lo estén de algún modo en la reproducción. Cuando os den el resultado de las analíticas hormonales, observad qué nivel tenéis de prolactina, os lo comento por que dificulta la fertilidad y también inhibe o disminuye el apetito sexual. En estos casos, se deberá regular la prolactina y activar la sexualidad mediante ejercicios corporales.
· Dormir bien y sentirse descansado al despertar será un indicador de una buena producción de estas hormonas.
Ahora ya conocéis un poco más algunas de las hormonas que segregamos y que son beneficiosas para la sexualidad y la reproducción.
En muchos casos la incertidumbre y las dificultades en la fertilidad disminuyen la motivación hacia estas actividades. Es importante dedicar un tiempo a algunas de ellas, las que elijáis, y si vuestro estado de ánimo se acelera o decae, comentadlo con un psicólogo/a especializado/a.
Gemma Mestre
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