Hace unos días, una compañera de trabajo me comenta que el hijo de unos amigos suyos ha empezado a decir sus primeras palabras. Cuál es mi sorpresa cuando me dice que las dos únicas palabras que emite son "papá" y "Alexa".
“Papá" no me sorprendió, ni creo que les sorprenda, ya que sabemos que la adquisición del lenguaje depende de factores afectivos y emocionales.
La palabra “Alexa”, por cierto, no fácil de pronunciar para un bebé, me dejó pensativa y reflexiva. ¿Cómo podía ser que un asistente virtual controlado por voz fuese una primera palabra? ¿Qué aspectos familiares y socio culturales estaban influyendo?
Las nuevas tecnologías, basadas en inteligencia artificial se han implantado rápidamente en nuestra sociedad alterando muchos aspectos de nuestras vidas. Nosotros, adultos, nos hemos ido adaptando con cierta dilación, sin embargo, los niños y niñas que desde su nacimiento conviven con ellas, las transforman en su seña de identidad restando tiempo, entre otras cosas, a la comunicación en las interacciones sociales.
Los continuos sonidos y palabras emitidas por las personas con las que interactúa el bebé van unidos a la adquisición del lenguaje, por ende me pregunto ¿Cuántas veces este papá o mamá repite diariamente la palabra “Alexa”?
El lenguaje es algo más que una combinación de fonemas para formar palabras y frases, es un recurso que nos ayuda a organizar nuestro pensamiento y nos facilita la interacción entre personas que expresan información, sentimientos y emociones. En la manera de hablar de un niño o niña queda evidenciada su vivencia y los medios comunicativos para relacionarse. Está claro que la primera infancia ha de tener vivencias para poderse comunicar, pero ¿qué vivencias ayudan a nuestros bebés a un desarrollo del lenguaje y les facilita la comunicación en las interacciones sociales?
Si tomamos como referencia, en la adquisición del lenguaje, el constructivismo emergentista, en su enfoque cognitivista, vemos que propone que los cambios en la evolución y el desarrollo no sólo permiten nuevos objetivos adaptativos sino muchas estructuras y habilidades previamente inexistentes.
Así mismo, el enfoque funcionalista sociocognitivo defiende que el desarrollo cognitivo y el aprendizaje son consecuencia de la interacción de las habilidades y conocimiento que la cultura pone a disposición de la infancia y ésta va incorporando. Entonces, ¿"Alexa", "Siri”, “Google”, … se van a ir convirtiendo en las primeras palabras de un bebé?
El bebé se empieza a comunicar con el llanto al lograr alimento, higiene, compañía, caricias, amor, ... ¿Qué beneficios logra con “Alexa”?
Es evidente que los padres y madres tenemos la responsabilidad de llevar a cabo conductas verbales que permitan a nuestros hijos e hijas adquirir los patrones lingüísticos necesarios, para facilitarles la comunicación en las interacciones sociales. Sabiendo que el lenguaje es de suma importancia para su desarrollo cognitivo, social, emocional y en los procesos de autorregulación de la conducta, realmente “Alexa” ¿debe ser una primera palabra? Está claro que, sutilmente, las máquinas han tomado el control.
Concha Palou
Pedagoga terapéutica
Diplomada en traumaterapia sistémica infantil
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