Maternidad, un derecho a elegir

La libertad de elección es fundamental para el bienestar de las personas.

El ser humano necesita poder dirigir su propia vida a pesar de los condicionamientos y límites.

Hoy día 8 de marzo, dirijo el post a las mujeres, a su derecho de poder decidir si desean tener un hijo o no, y en qué condiciones.



La estructura social, laboral, económica, política, profesional, la estabilidad individual y de pareja en su concepto más amplio, tiene bajo nivel de sostenibilidad para que las mujeres se puedan plantear tener hijos, en un periodo más fértil de su ciclo vital.

Cuando los condicionamientos y límites van creciendo, la libertad de elección disminuye. Vivimos en una sociedad poco consciente de la dificultad reproductiva masculina y femenina, no sólo determinada por la edad, si no por la salud reproductiva en general.

“La OMS alerta de que una de cada seis personas padece infertilidad. En las mujeres la fertilidad disminuye gradualmente a partir de los 30 años, sobre todo después de los 35 años. Cada mes que lo intente, una mujer sana y fértil de 30 años tiene una probabilidad del 20% de quedar embarazada”.

A este hecho le hemos de añadir la dificultad reproductiva en el hombre, a pesar de que la edad incida de forma distinta.

“La prevalencia de la esterilidad varía poco de una región a otra y las tasas son similares en los países de ingresos altos, medianos y bajos, lo cual demuestra que se trata de un importante problema de salud pública en todos los países y todas las partes del mundo”.

“La esterilidad no hace distinciones. La enorme proporción de afectados evidencia la necesidad de ampliar el acceso a los tratamientos y de incluir la esterilidad en las políticas y los estudios sobre salud, de modo que las personas que lo deseen dispongan de vías seguras, eficaces y asequibles para tener hijos»”.

Las jornadas laborales de nuestro país, las posibilidades económicas de las personas jóvenes y en consecuencia en edad reproductiva, los apoyos políticos y económicos para poder cuidar y crear un vínculo sano con los hijos, están aún lejos de lo que la sociedad, el mundo y las personas, en este caso mujeres, precisan.

Se incrementa la voz al derecho a no tener hijos, al aborto y quizás también tengamos que darle fuerza al derecho a tenerlos y que nuestras jóvenes no tengan que acudir a tratamientos de reproducción, por motivos sociales de retraso de la maternidad, aunque agradecemos que se busquen opciones médicas y técnicas reproductivas para ello. 

Reclamamos planteamientos y acciones : sociales, económicas y políticas que ayuden a incrementar la libertad de decisión de las mujeres y sus parejas, cuando las hay, la posibilidad de poder optar por una maternidad natural.

Gemma Mestre
Psicóloga Clínica
Sexóloga - Fertilidad - Psicoterapeuta

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