¡Disfruta del mar!



Como ya sabéis, os escribimos desde nuestra querida isla de Mallorca, rodeadas de mar y playas, y el verano es un fantástico momento para disfrutar de todo lo que nos pueden aportar. Conocer sus beneficios y aprovecharlos nos ayudará a activar nuestra fertilidad también en este tiempo de ocio y descanso.
 
El agua de mar es rica en minerales (se han llegado a identificar más de 75 elementos simples) relacionados con el buen funcionamiento de nuestro organismo. Algunos como el yodo, el magnesio, el calcio, el azufre y el potasio son muy beneficiosos para nuestra salud y podemos asimilarlos en pequeñas cantidades estando en contacto con el mar, ya sea a través de la brisa marina o de baños.

Cerca del mar, el aire está cargado de iones negativos, unas partículas que se ha demostrado que favorecen la producción de serotonina y que tienen un efecto positivo en nuestro sistema nervioso, ayudándonos a relajarnos y reduciendo nuestro nivel de estrés y/o ansiedad. Estos iones negativos también se han relacionado con una mayor estimulación de la actividad sexual tanto en hombres como en mujeres, y mejoran nuestro sistema respiratorio y nuestra piel.

Además de esto, la brisa marina lleva hasta nuestros pulmones agua de mar vaporizada, formada por gran cantidad de oligoelementos. Entre ellos el yodo, regulador natural de nuestra glándula tiroides, directamente relacionada con nuestra fertilidad.

Los baños de mar, por su parte, nos producen una importante relajación muscular al tener un alto contenido de magnesio. Si además aprovechamos la oportunidad para nadar mejoraremos nuestra circulación, y obtendremos ese plus de bienestar que nos regala el ejercicio físico.

¿Cómo disfrutar al máximo de los beneficios del mar?

Si tu proyecto es la búsqueda del embarazo, el mar puede ser un lugar facilitador para mejorar tus condiciones fisiológicas y emocionales para conseguirlo.

Practica la respiración consciente cuando estés cerca del mar, observa el recorrido que el aire marino, cargado de salud, hace por tu cuerpo.

Dedica unos minutos a centrarte en las sensaciones de este lugar, conectándote con cada uno de tus sentidos, uno a uno: mantente atenta a sus sonidos, a su paisaje y sus colores, observa el olor que emana, el tacto de la arena o las rocas, el calor del sol penetrando en tu piel y calentando tu cuerpo.

Aprovecha para nadar, durante al menos 30 minutos. Céntrate en los movimientos que realizas, en cómo se moviliza todo tu cuerpo con cada brazada, en el roce del mar recorriendo tu piel, en tu respiración más activa.

Flota en el mar. Abandónate unos minutos a la sensación de ingravidez, sintiendo cómo el mar te mece y te calma, déjate llevar sólo conectándote con esta sensación, observa la diferencia entre tu piel en contacto con el agua y tu piel desnuda calentándose con el sol.

Puedes definir el tiempo de conexión con el mar como un tiempo de cuidado y bienestar. Las preocupaciones, los pensamientos negativos, las responsabilidades y las prisas pueden esperar. Protege este espacio y dedícatelo a ti misma.

El mar es una fuente inagotable de salud y vitalidad; mediante estas sencillas pautas podrás sentirte más relajada mental y corporalmente, más conectada con tu cuerpo y más activa, ¡y ese es un escenario buenísimo para ser también más fértil!

Mara Segarra

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