La infancia ante el Covid

El sábado pasado, al acudir a realizarme una pcr, me encontré con una larga cola compuesta por innumerables niños y niñas, acompañados de sus padres y/o madres.

Esperando mi turno tuve tiempo de observar, reflexionar y hacerme varias hipótesis sobre la pandemia y la influencia en la infancia que deseo compartir en el post de hoy.

El ambiente estaba impregnado de una mezcla de sentimientos y emociones. Se percibía enfado, miedo, tristeza,… pero también se oían risas y se veían a niños y niñas corretear, a lo largo de la cola, en busca de amigos/as del colegio.

Detrás de mí, había un padre con dos hijas, de más o menos 6 y 8 años. El padre continuamente se bajaba la mascarilla y eran las hijas las que le decían: “papá súbete la mascarilla, no puedes estar sin ella”, a lo que el padre respondía que le molestaba porque se le empañaban las gafas y, continuaba con la mascarilla bajada. Las niñas se mostraban inquietas y ejerciendo un papel que no les correspondía, el de cuidadoras. Ellas no aprendían a manejar la situación a partir del ejemplo de su padre, sino todo lo contrario.

Sabemos que los niños y niñas se ven afectados por la pandemia y que esto tiene importantes consecuencias, a medida que van sucediéndose las diferentes oleadas virales.

La población infantil se enferma cada vez más, y propagan el virus entre sí y a los adultos. En la escuela, en la calle, en los parques,… tienen innumerables reglas que están dando forma a su vida diaria. El sábado pude comprobar que algunos niños y niñas, tienen esas reglas más integradas que sus padres o madres. Esta situación debe de ser un punto de reflexión para nosotros, padres y madres, puesto que debemos establecer una interrelación recíproca entre modelo y observador. Al niño/a le corresponde el papel de observador para poder imitar las conductas de su padre y/o madre, por lo que debemos dar ejemplo en el cumplimiento de las normas.

A medida que avanzaba la cola, podía observar diferentes respuestas de los niños y niñas cuando salían de hacerse la pcr. Los había que salían contentos, victoriosos de haber pasado la desagradable prueba. Salían rápido para comentarles a sus amigos y amigas, que seguían en la cola, que no era para tanto y que era un momentito.

Otros salían llorando, cogidos de la mano de su padre o madre y depositando sobre ellos todo su enfado, miedo y dolor. Salían también rápido, pero con la intención de salir cuanto antes del recinto.

En estos momentos de pandemia en los cuales nos vemos afectados adultos, adolescentes y niños/as, podemos tener en cuenta que:

- Es importante que podamos transmitirles a nuestros hijos e hijas que está bien si se sienten disgustados. Podemos ayudarles a controlar su estrés emocional para que puedan manejar la situación.

- Es necesario que compartamos la información que tenemos, de modo que la puedan entender. Responder a sus preguntas de manera honesta.

- Nosotros debemos reconocer lo difícil, dura y distinta que está siendo la pandemia en nuestras vidas. Controlar nuestro estrés puede contribuir al bienestar de nuestros hijos e hijas.

Concha Palou
Pedagoga terapéutica
Diplomada en traumaterapia sistémica infantil

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